Ceuta ha vivido este fin de semana, hasta hoy domingo a medio día, un emocionante despliegue de solidaridad durante la recogida anual del Banco de Alimentos en distintos supermercados de la ciudad como Carrefour, Eroski, Mercadona, Covirán, entre otros. Esta iniciativa contó con la participación activa de voluntarios y la generosidad de la comunidad, que respondió a la llamada de ayuda.
El objetivo de este evento, es la de reunir una cantidad significativa de alimentos no perecederos y productos de primera necesidad. Desde alimentos enlatados hasta artículos de higiene, las donaciones reflejaron la diversidad y amplitud del espíritu solidario de los caballas, aunque con algunos matices.
En el supermercado Eroski, que tiene una de sus sedes en el centro, UTE Grupo de Medios Digitales de Ceuta ha podido hablar con Cristina Montiel, que trabaja en el almacén como administrativa y voluntaria del Banco de Alimentos, ha explicado que «hay muchas personas que necesitan comer (…) y que se hace cerca de la Navidad porque es cuando más se necesita». Ha declarado también que «ha ido bien» la recogida, pero lamenta que «ha habido años que se ha recogido un poquito más» y que por ejemplo, este año ha habido pocas aportaciones de aceite porque hoy en día es «oro líquido» por lo que la gente está «muy reacia» y realmente «hace mucha falta».
Otros de los productos que más se necesitan, dice Montiel, son «los productos de lactancia y pañales» ya que hay «muchas familias con bebés». La voluntaria se ha «sorprendido» de las personas que acuden a esta entidad para la búsqueda de alimentos que «son personas muy jóvenes y con niños», además añade que «a parte de la subida de los precios» y aunque «haya personas que hayan donado mucho y hay personas que no por cualquier motivo», lo achaca a «la vergüenza o por no querer», apostilla Montiel.
La finalidad de esta iniciativa, apunta la voluntaria del Banco de Alimentos, es que «todo el mundo se lleve una cuchara de garbanzos a la boca» porque han visto «familias que no tenían para nada», dice con pesar.
Asimismo, aunque los voluntarios terminen su labor a las 14:00 horas, dejarán en los supermercados algunas cajas para que los usuarios puedan seguir donando hasta final de mes y ha recordado Cristina Montiel que, en el caso de no querer donar en alimentos, que pueden aportar una cantidad de dinero en línea de caja, que va directamente a la entidad, en el que se utilizará para comprar los productos que más hagan falta.
La recogida anual no solo cumple con el propósito de abastecer las despensas del Banco de Alimentos, sino que también sirve como testimonio del compromiso y la empatía presentes de los ciudadanos. En un momento donde la crisis económica afecta a muchas familias, esta muestra de solidaridad se convierte en un faro de esperanza y apoyo mutuo. Esta no solo garantiza provisiones esenciales, sino que fortalece la red comunitaria, recordando a todos que la unión y la solidaridad son clave para superar los desafíos actuales.
