El juicio por el caso EMVICESA se ha retomado esta mañana con varias testificales. En la práctica de la prueba han intervenido varios policías, uno de ellos el inspector que llevó el caso y el que detuvo a Antonio López saliendo de un domicilio en Marbella.
Este inspector, que tuvo una relación sentimental con la instructora Raquel Lucini, ha contado que participó en el registro de su casa donde se hallaron joyas, relojes, cuadros, y otros objetos de valor, además de un porsche. Era un ático de una persona con alto nivel de vida, ha subrayado el jefe policial instructor.
Durante su intervención se han escuchado varias llamadas del 4 de enero de 2017, 8 de enero de 2017 y 7 de diciembre de 2016. En la primera, el inspector contextualiza la conversación entre el policía portuario y Antonio López y que el primero necesitaba verlo por la presión de aquellos clientes que habían pagado por sus viviendas. Hubo incluso una vigilancia donde ambos fueron juntos en moto desde el puerto. Le estaban reclamando el dinero al portuario, que era el intermediario según el jefe policial, pero se entiende que el policía portuario quería que «diese la cara el propio Antonio».
El inspector ha reconocido que tuvo conocimiento de que en la Caixa había una cuenta con grandes cifras (1.415.000 euros) y que por mandato judicial fue bloqueada sin saber quien figuraba como titular, que era EMVICESA, ha comentado José María Calero, abogado de López.
Por la tarde, ha continuado dando su testimonio el jefe policial. Ha sido preguntado por lo intervenido en el registro de la casa de la madre de Antonio López.
Otro letrado, de los trabajadores de la empresa de la Vivienda le ha preguntado por la imputación de los empleados de EMVICESA: «Había indicios primarios de haber colaborado o ayudado a López», por las contradicciones respecto a la elaboración de la denominada lista fantasma en las declaraciones testificales. La UDyCO investiga la situación patrimonial y sigue otra línea de investigación. El hermano de uno de ellos tenía una vivienda y no vivía en ella, aseveró el inspector. Revela que hay pinchazos telefónicos y que incluso son por la tarde, con conversaciones entre Antonio López y los empleados investigados.
¿Cuántas llamadas se le intervienen a los empleados: una a Vera y otra a García en plena ebullición del caso, no?. Si viene así, así es, ha dicho el inspector. Se les imputaron falsificación documental y prevaricación, no cohecho. No se comprobó que recibían dinero pero «había una gran lealtad a Antonio López».
¿No se detecta ningún incremento patrimonial a los empleados?, ha preguntado el letrado. El instructor policial ha dicho que no.
Sobre la Comisión Local de la Vivienda «hubo falta de control» y por eso actuaba como quería Antonio López, pero que hayan cobrado no se ha demostrado. La intención de que apareciera una lista fantasma era para que «López» se cubriera las espaldas. “Sabe que todo esto le va a repercutir a la Ciudad y tiene que salvarse ante la gente que pagó por estar en la lista… Sabía que esa publicación le iba a retrotraer perjuicios graves a la Ciudad”, ha manifestado el funcionario policial.
Finalmente, el abogado no entendía por qué la publicación de la lista fantasma fue considerada como un indicio, a partir de lo cual continuaron las pesquisas.