El devastador terremoto de magnitud 6,8 que sacudió la provincia de Al Haouz, en Marruecos, el 8 de septiembre de 2023, sigue dejando profundas huellas en el país. Con más de 3.000 fallecidos, 6.000 heridos y daños materiales incalculables, la tragedia marcó un antes y un después en la historia de la nación alauí.
Para hacer frente a las consecuencias de este desastre, Marruecos y la Unión Europea han firmado un acuerdo histórico que proporcionará 190 millones de euros en fondos europeos. El anuncio fue realizado por el ministro delegado de Presupuesto de Marruecos, Fouzi Lekjaa, y el comisario europeo de Vecindad y Ampliación, Olivér Várhelyi.
Un plan integral de reconstrucción
Este paquete de ayudas forma parte de un programa de recuperación que abarcará el período 2024-2028. Los fondos estarán destinados a la reconstrucción de viviendas, la restauración de servicios básicos como sanidad y educación, y a fomentar la cohesión territorial en las zonas más afectadas.
El terremoto, cuyo epicentro se situó en el Alto Atlas, es el más grande registrado en la historia de Marruecos. Su impacto se sintió incluso en países vecinos como España y Argelia, evidenciando su magnitud.
El ministro Lekjaa subrayó el compromiso del Gobierno marroquí con las comunidades más perjudicadas, destacando la urgencia de restablecer los servicios públicos como prioridad principal.
Apoyo europeo y financiero
El acuerdo también incluye la movilización de recursos adicionales, como un préstamo de 500 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI), parte de un paquete total de 1.000 millones de euros para la reconstrucción del país.
Por su parte, el comisario Várhelyi reafirmó la solidaridad de la Unión Europea con Marruecos y destacó la importancia de la cooperación en momentos de crisis como este, que requiere esfuerzos conjuntos para superar los desafíos humanitarios y económicos.
El reto de la recuperación
Con miles de personas desplazadas y servicios aún colapsados, el desafío para Marruecos no es solo reconstruir, sino también garantizar que las comunidades afectadas puedan recuperar sus vidas y sus medios de subsistencia.
Este acuerdo, considerado como un paso histórico en la relación entre Marruecos y Europa, refuerza los lazos de cooperación y ofrece una esperanza renovada para las poblaciones afectadas por esta tragedia sin precedentes.
