En medio del conflicto armado que afecta a Ucrania, Kiev ha comenzado a construir hospitales bajo tierra para protegerlos de los ataques. Esta estrategia responde a la creciente amenaza que representan los centros de salud, que se han convertido en blancos prioritarios durante la guerra, poniendo en peligro tanto a pacientes como al personal sanitario.
El traslado de estos servicios vitales al subsuelo tiene como objetivo asegurar la continuidad de la atención médica frente a los bombardeos y enfrentamientos en la superficie. Estos hospitales subterráneos están concebidos para ofrecer tratamientos en un entorno seguro y reducir el impacto de las hostilidades en la infraestructura sanitaria.
El desarrollo de esta iniciativa refleja la difícil situación que atraviesa el sistema de salud ucraniano en contexto de guerra, además de la capacidad de adaptación y resistencia para proteger a la población civil y a los profesionales dedicados a salvar vidas en condiciones extremas.
