El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas experimentó ayer una situación complicada para numerosos pasajeros debido a un colapso en el control de pasaportes. La combinación de una plantilla policial insuficiente, una falla en el sistema informático y un volumen elevado de operaciones causaron que las colas para pasar el control se prolongaran durante horas, llegando hasta las cinco horas de espera en algunos casos.
Varios viajeros con vuelos programados para la mañana se enfrentaron a la dificultad de completar los trámites de salida a tiempo, lo que provocó la pérdida de sus vuelos y que permanecieran en tierra. El ambiente entre los pasajeros fue de tensión y frustración, con denuncias sobre la escasez de información y la gestión deficiente ante la situación.
La Policía Nacional, encargada del control de pasaportes, reconoció que la cantidad de agentes disponibles no fue suficiente para cubrir el elevado número de pasajeros, especialmente en una época de alta demanda aérea. A esto se sumó un fallo en el sistema informático que complicó aún más la validación de documentos y ralentizó el proceso, incrementando las demoras.
Las autoridades aeroportuarias indicaron que están trabajando para corregir los problemas técnicos y reforzar el personal en los puntos de control, aunque admitieron que la situación evidenció la necesidad de revisar y mejorar los protocolos y recursos en momentos críticos.
Los afectados relataron largas esperas, en ocasiones sin acceso adecuado a información o asistencia, y manifestaron preocupación por la posibilidad de que incidentes similares se repitan en el futuro, sobre todo en periodos de alta movilidad como vacaciones o festividades.
Este colapso en Barajas representa un reto para las autoridades del aeropuerto y de seguridad, que deben asegurar un tránsito ágil y seguro en uno de los principales puntos de entrada y salida del país, a fin de evitar que episodios como este afecten la confianza de los usuarios y la operatividad del aeropuerto.
