El fin de semana posterior a Halloween culminó con un grave suceso en el Reino Unido. Durante 14 minutos, un tren que recorría la ruta entre Doncaster y Londres fue escenario de un ataque con un arma blanca que provocó heridas a once personas, una de ellas de gravedad. La Policía británica detuvo a dos hombres, ambos británicos, aunque no consideran que el incidente tenga motivación terrorista.
El ataque ocurrió la tarde del sábado cuando uno de los sospechosos abordó el tren en la estación de Peterborough con lo que testigos identificaron como «un cuchillo de cocina». En un inicio, los pasajeros interpretaron el hecho como una broma tardía de Halloween. “Pensamos que formaba parte de una actuación, hasta que vimos sangre”, contó un viajero al diario The Times.
Lo que comenzó en confusión rápidamente se tornó en alarma. Algunos testigos describieron el vagón como un «campo de batalla en cuestión de segundos», mientras pasajeros se ocultaban bajo los asientos o se encerraban en los baños pidiendo ayuda. Un herido que intentó proteger a una mujer resultó con graves cortes en el cuello.
Operado por la empresa pública LNER, el tren realizó una parada de emergencia en la estación de Huntingdon, donde no tenía previsto detenerse, y fue recibido por un considerable despliegue policial en el andén. Los agentes arrestaron a dos hombres de 32 y 35 años; el más joven enfrenta cargos por intento de asesinato y el otro fue liberado el domingo por la tarde.
Durante una conferencia de prensa, el superintendente John Loveless declaró que “no hay evidencias que indiquen que este sea un acto terrorista”, aunque evitó comentar sobre las posibles causas del ataque.
El episodio ha reavivado el debate sobre la violencia con cuchillos en el Reino Unido, problema que persiste pese a la reducción reciente en cifras oficiales. Solo en Londres, entre septiembre de 2024 y 2025, se registraron más de 15.000 delitos relacionados con armas blancas, un promedio cercano a 40 diarios.
Las autoridades de la ciudad sostienen que la tasa de homicidios en Londres es inferior a la de otras metrópolis europeas como París, Berlín o Bruselas. Sin embargo, la preocupación pública aumenta, alimentada por incidentes como este y otros ataques recientes, como el ocurrido en Manchester hace un mes, donde un extremista asesinó a dos personas en una sinagoga.
Para varios pasajeros que viajaban en el tren, la noche del sábado será difícil de olvidar. “Se oían gritos y golpes. Había sangre por doquier”, relató Gavin, uno de los supervivientes. En una jornada marcada por la angustia y el desconcierto, la línea Doncaster–Londres se tornó por momentos en un lugar de grave peligro.
