Esta semana, el Partido Popular inicia la etapa final de sus negociaciones con Vox en la Comunidad Valenciana, en un entorno de creciente rivalidad por el electorado de derecha.
Los populares buscan cerrar el pacto con la formación de Santiago Abascal sin conceder nuevas condiciones, en un contexto donde las encuestas reflejan un aumento del apoyo a la ultraderecha. La dirección del PP intenta mantener un equilibrio entre garantizar la estabilidad institucional en Valencia y preservar su imagen moderada evitando que el acuerdo con Vox la debilite.
Paralelamente, Alberto Núñez Feijóo ha enviado parte de su equipo a Melilla, reforzando el discurso del partido sobre un control fronterizo estricto frente a la inmigración. Según fuentes oficiales, esta visita busca destacar la política de «seguridad y vigilancia fronteriza» que defienden frente al Ejecutivo central.
Esta acción también se interpreta como un esfuerzo de Feijóo por distanciar su línea ideológica de Vox, presentándose como una opción «responsable y de gobierno» frente al «populismo» que atribuye a la formación de Abascal.



