Un gol de Abde en la prórroga y el plan maestro de Pellegrini llevan al conjunto verdiblanco a Breslavia, donde se enfrentará al Chelsea el 28 de mayo.
El Real Betis vivió una noche inolvidable en el estadio Artemio Franchi al sellar su pase a la primera final europea de su historia tras superar a la Fiorentina por 2-2 (3-4 global), en una semifinal que lo tuvo todo: emoción, giros de guion, exhibiciones individuales y una prórroga que quedará grabada en la memoria bética. Abde, con un gol decisivo en el tiempo extra, desató la locura y puso rumbo a Breslavia, donde espera el Chelsea el próximo 28 de mayo.
El partido comenzó con un Betis valiente, dominador del balón y sin complejos. Pellegrini, fiel a su estilo, alineó a Lo Celso en el eje y liberó a Fornals en el flanco izquierdo. Antony, eléctrico durante todo el encuentro, avisó temprano con un disparo lejano que De Gea atajó sin dificultad. El arquero español sería determinante más adelante.
Pese al buen arranque verdiblanco, la Fiorentina encontró en el juego aéreo su principal arma. Tras el espectacular gol de falta de Antony que adelantó al Betis, Gosens empató con un cabezazo tras un saque de esquina. El Betis siguió creyendo, dominó tramos importantes y generó ocasiones, pero de nuevo Gosens, en otro balón parado, volteó el marcador y obligó al equipo andaluz a remar.
Con la prórroga en el horizonte, el duelo se transformó en una batalla mental. Pellegrini, sin perder la calma, introdujo a Abde y Mendy —un central de apenas 20 años— tras la lesión de Bartra. La apuesta dio resultado. En la prórroga, Aitor Ruibal, reconvertido a delantero centro, fabricó la jugada decisiva con una asistencia medida para Antony, quien dejó solo a Abde para marcar el gol del pase a la final.
La Fiorentina lo intentó hasta el final, pero ya no tenía respuesta. Mendy emergió como un coloso en defensa y Vieites evitó cualquier susto. El Betis, empujado por su afición desplazada a Florencia, resistió y celebró una clasificación histórica.
Pellegrini, artífice de este milagro futbolístico, se mostró firme: “No hemos venido hasta aquí para mirar. Vamos a pelear esa final”.
Una cita con la historia espera al Betis en Breslavia. El Chelsea será el último escollo de un sueño que ya ha dejado de serlo para convertirse en realidad.
