Jihad Al-Shamie, un ciudadano británico de 35 años con raíces sirias, arremetió con su vehículo contra el guardia de seguridad de la sinagoga y luego le causó heridas de arma blanca. Iba equipado con un chaleco antibalas falso y un cinturón que simulaba ser explosivo. Después de intentar ingresar por la fuerza al lugar, mató a dos asistentes antes de ser neutralizado por la policía, que acudió rápidamente.
Las autoridades confirmaron que se trata de un atentado terrorista de origen islamista y arrestaron a tres individuos supuestamente relacionados con el incidente. Un equipo de artificieros detonó de forma controlada los dispositivos sospechosos que portaba el atacante para garantizar la seguridad en la zona.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, calificó el acto como «una manifestación tóxica de antisemitismo» y dispuso el aumento de la vigilancia en las más de 450 sinagogas del país. Por su parte, el rey Carlos III expresó su profunda preocupación por los hechos.
La comunidad judía británica, que suma aproximadamente 300.000 miembros, manifestó su inquietud ante el aumento de agresiones antisemitas en los últimos años. Raphi Bloom, líder del Consejo Representativo Judío de Mánchester, alertó sobre un «aumento significativo de odio» hacia los judíos tras los ataques de Hamás en 2023 y el conflicto posterior en Gaza.
La policía local solicitó a la ciudadanía mantener la calma y evitar compartir imágenes relacionadas con el ataque en redes sociales mientras se desarrolla la investigación.