Ceuta posee una identidad particular que la distingue en varios aspectos. No obstante, esta singularidad no siempre resulta favorable para sus habitantes. Un claro ejemplo se observa en la situación de las personas con discapacidad y movilidad reducida respecto a sus tarjetas de estacionamiento.
Actualmente, las tarjetas emitidas en Ceuta para acreditar esta condición no son reconocidas fuera de su territorio. Aunque estas tarjetas certifican la movilidad reducida, carecen del formato oficial y de los elementos de seguridad, como el sello de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que las harían válidas en todo el territorio español. Algunos usuarios comparan su tarjeta con «un cromo de Carvajal» para expresar su falta de validez fuera de Ceuta.
Esto implica que una persona con discapacidad de Ceuta que viaje a la península y utilice una plaza de estacionamiento reservada puede recibir una sanción, dado que su tarjeta no es aceptada por las autoridades locales. Para anular la multa es necesario presentar recursos y reclamaciones administrativas, lo que genera estrés y carga adicional para quienes ya enfrentan limitaciones.
Los usuarios manifiestan su desacuerdo y preguntan por qué aún se emiten tarjetas que no cumplen con los requisitos de la Ley 19/2001, de 19 de diciembre, que establece la homologación del modelo europeo de tarjeta de estacionamiento.
La respuesta habitual a quienes solicitan una tarjeta válida a nivel nacional es: «Estamos trabajando en ello». Sin embargo, después de años de espera, esta justificación resulta insuficiente. La lentitud administrativa y la aparente falta de compromiso para resolver este inconveniente parecen más una negligencia institucional que un problema técnico.
Resulta incomprensible que, con un modelo nacional y europeo vigente, Ceuta continúe emitiendo un documento distinto que no garantiza los derechos de las personas con discapacidad fuera de su territorio. Surge la duda de por qué no se adoptaron los estándares establecidos desde el principio y se continúa con soluciones improvisadas.
La población caballa demanda explicaciones y, sobre todo, soluciones efectivas. Ser residente en Ceuta no debería significar tener menos derechos. La inclusión y el respeto deben ser universales, independientemente del lugar de residencia.
En este contexto, la pregunta sigue vigente: ¿cuánto tiempo más será necesario esperar para dejar de utilizar un documento sin validez y poder ejercer los derechos con una tarjeta reconocida?