La ciudad autónoma de Ceuta vivió entre el domingo y la madrugada del lunes una celebración sin precedentes en su historia reciente. El ascenso de la Agrupación Deportiva Ceuta a Segunda División provocó una reacción multitudinaria, con miles de habitantes saliendo a las calles para festejar un logro que trasciende el ámbito deportivo.
Alrededor de la 1:00 de la madrugada, el conjunto ceutí arribó a su ciudad después de imponerse por 1-2 al Fuenlabrada, resultado que certificó su ascenso matemático a falta de dos jornadas para concluir el grupo II de Primera RFEF. En el puerto, una multitud emocionada aguardaba a los jugadores, quienes ya eran considerados héroes locales. Representantes de todas las edades y confesiones religiosas, musulmanes y cristianos, se unieron en una celebración inédita.
El regreso desde Fuenlabrada hasta Algeciras y posteriormente en ferry hasta Ceuta fue el preludio a una bienvenida inolvidable. El club, dirigido desde el banquillo por José Juan Romero y presidido por Luhay Hamido, ha logrado una proeza deportiva que marcará un antes y un después para el fútbol ceutí. Hace apenas cuatro años, el equipo competía en Tercera División.
“La ciudad ha inscrito una página dorada en la historia del fútbol español”, comentaban emocionados muchos seguidores. Este ascenso no solo representa un logro deportivo, sino que también constituye una oportunidad para potenciar la imagen positiva de Ceuta en el ámbito nacional, en contraste con los estigmas habituales.
La celebración se prolongó durante horas. Desde las 14:00 del domingo, tras el encuentro, los ceutíes salieron a las calles con banderas, bocinas y cánticos. El punto culminante llegó de madrugada, cuando miles de personas recibieron a sus futbolistas en la estación marítima como auténticos campeones.
El logro supone un impulso para Ceuta, que tendrá presencia regular en el calendario deportivo nacional cada fin de semana. Más allá de situar a la ciudad en el mapa futbolístico, el éxito del AD Ceuta ha unido a toda la comunidad, que encuentra en el equipo un motivo de orgullo compartido.
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