Este sábado se cumplen 1.344 días desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, y la situación continúa siendo delicada. Las noticias recientes muestran un escenario de constante tensión y movimientos militares.
Las tropas rusas han intensificado sus ofensivas en las localidades de Pokrovsk y Kúpiansk, donde están poniendo cerco a las fuerzas ucranianas y provocando daños considerables en el sistema energético del país. Estos ataques forman parte de una estrategia más amplia destinada a desestabilizar a Ucrania y generar una crisis humanitaria mediante la destrucción de infraestructuras civiles.
En una reunión reciente de los ministros de Energía del G7 celebrada en Toronto, la ministra de Energía ucraniana, Svitlana Hrynchuk, denunció que los ataques rusos se dirigen directamente contra infraestructuras civiles, con el objetivo de dejar a Ucrania sin suministro eléctrico y provocar una crisis humanitaria. Estas declaraciones se producen en medio del esfuerzo internacional por abordar la crisis energética.
Para responder a estas agresiones, Ucrania ha desplegado fuerzas especiales en zonas estratégicas como Pokrovsk con la intención de reforzar sus líneas defensivas. Según reportes, estos efectivos de élite fueron transportados en helicópteros Black Hawk durante esta semana, justo cuando se dispararon las preocupaciones acerca de un posible cerco por parte de las tropas rusas.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania se ha solicitado a la Unión Europea que amplíe los aranceles sobre productos rusos que aún no están sujetos a sanciones. El ministro Andriy Sybiga explicó que el propósito es aumentar la presión económica sobre Rusia ante la escalada de combates en el frente.
En el contexto bélico, Ucrania confirmó un ataque importante contra una central eléctrica en el óblast de Oriol, en Rusia, considerado un golpe a su logística militar. Esta acción forma parte de los esfuerzos continuos de Ucrania para disminuir la capacidad de respuesta militar del adversario.
Asimismo, el conflicto ha incrementado la cantidad de interceptaciones de aviones rusos por parte de Polonia, que recientemente interceptó un avión de reconocimiento ruso en el Mar Báltico, evidenciando la creciente tensión regional. Este fue el tercer incidente similar en una semana, y los cazas polacos actuaron conforme a los protocolos de la OTAN.
La situación también se complica por la presencia de mercenarios rusos en el conflicto. Europol ha reportado la identificación de centenares de combatientes vinculados a crímenes de guerra, lo que indica un uso creciente de fuerzas irregulares por parte de Rusia, añadiendo nuevas dimensiones y desafíos a la guerra.



