El santoral católico para este domingo 23 de noviembre destaca a San Clemente I, papa y mártir de los inicios de la Iglesia. Además, se recuerda al Beato Miguel Agustín Pro, sacerdote jesuita mexicano, junto a San Columbano, Santa Felicidad y Santa Lucrecia, entre otros santos que celebran su onomástica hoy en España.
San Clemente I, cuarto pontífice y mártir de la Iglesia primitiva
San Clemente I es reconocido como el cuarto papa de la Iglesia y el tercer sucesor de San Pedro en Roma. Se cree que su ministerio tuvo lugar a finales del siglo I, en una época de expansión del cristianismo y conflicto con el Imperio romano. Entre sus aportes, destaca una carta a la comunidad de Corinto, uno de los documentos cristianos más antiguos fuera del Nuevo Testamento.
Durante la persecución ordenada por el emperador Trajano, Clemente fue exiliado a la región del Ponto, donde fue forzado a cumplir trabajos manuales. Allí continuó alentando a otros presos y predicando el Evangelio, lo que provocó nuevas acusaciones. La tradición relata que fue condenado a muerte y lanzado al mar con un áncora atada al cuello, una imagen que representa su firmeza en la fe y que es común en su iconografía.
Hoy, quienes llevan el nombre Clemente celebran a un líder que combinó gobierno, enseñanza y caridad, entregando su vida al servicio de la Iglesia hasta el final.
Beato Miguel Agustín Pro, mártir durante la persecución religiosa en México
En esta fecha también se recuerda al Beato Miguel Agustín Pro, sacerdote jesuita mexicano del siglo XX, especialmente venerado en Hispanoamérica. Nacido en Guadalupe, Zacatecas, en 1891, ingresó en la Compañía de Jesús y desarrolló su vocación en un contexto marcado por la fuerte persecución religiosa del régimen mexicano.
A pesar de las condiciones clandestinas, continuó atendiendo a los fieles, celebrando misas en casas particulares, confesando en secreto y ayudando a los más necesitados. Acusado injustamente de participar en atentados contra el gobierno, fue condenado sin juicio y ejecutado el 23 de noviembre de 1927. Sus últimas palabras, “¡Viva Cristo Rey!”, son un símbolo reconocido de su fe durante la adversidad.
Aunque oficialmente es beato, en varios calendarios y medios se le denomina como “san Miguel Agustín Pro”. Su vida representa valentía, alegría en la dificultad y confianza plena en Dios.
Otros santos conmemorados el 23 de noviembre
Además de San Clemente I y el Beato Miguel Agustín Pro, el santoral de este día incluye varios santos y beatos:
- San Columbano, abad y misionero irlandés de los siglos VI al VII, promotor de la vida monástica y la evangelización en distintas regiones europeas.
- Santa Felicidad (o Felícitas) de Roma, mártir y madre de siete hijos mártires, ejemplo de fortaleza ante la persecución.
- Santa Lucrecia de Mérida, virgen y mártir en la Hispania romana, testigo de Cristo en la época de Diocleciano.
- San Trudón de Sarquinium, presbítero que donó sus bienes para fundar un monasterio, dedicándose a la oración y el servicio.
- San Sisinio, mártir en la zona del Helesponto, recordado por su perseverancia frente al sufrimiento.
También se incluyen otros nombres presentes en diversos martirologios y calendarios locales, que reflejan la variedad de vocaciones y contextos históricos en los que la fe cristiana se ha arraigado.
Una jornada para felicitar y reflexionar sobre la coherencia en la fe
Este domingo 23 de noviembre es una oportunidad para felicitar a quienes se llaman Clemente, Miguel, Agustín, Columbano, Felicidad, Felícitas, Lucrecia, Trudón y Sisinio, así como a quienes sienten una especial devoción por alguno de los santos del día.
Más allá de la celebración onomástica, el santoral transmite un mensaje esencial:
- San Clemente enfatiza la necesidad de conjugar responsabilidad, servicio y fe en todo liderazgo.
- El Beato Miguel Agustín Pro ejemplifica que la alegría y el valor pueden prevalecer incluso en situaciones de persecución e injusticia.
- Santa Felicidad, Santa Lucrecia y los otros mártires de este día invitan a mantener la fe con fidelidad y coherencia, pese a las dificultades.
Con una oración, una felicitación a quien celebra su santo o un gesto solidario hacia quienes atraviesan momentos difíciles, el 23 de noviembre puede ser más que una fecha en el calendario: una invitación a renovar la esperanza y el compromiso con los valores que estos santos representan.
