El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha manifestado este lunes con claridad que su intención no es abandonar el poder, a pesar de la delicada situación política derivada de los escándalos que han afectado a su entorno y al PSOE. Durante una comparecencia que superó la hora en La Moncloa, reconoció ciertos errores, pero defendió que mantiene mayoría parlamentaria y un proyecto político sólido para concluir la legislatura.
Entre los principales gestos políticos, Sánchez informó que esta mañana se ha comunicado con el líder de ERC, Oriol Junqueras, y acordaron una reunión para enero en La Moncloa. Este paso resulta relevante al tratarse de un referente del independentismo catalán y confirma el interés del presidente por recuperar apoyos entre sus aliados. También evidencia que, al menos por ahora, estos grupos no barajan precipitar la caída del Gobierno.
El presidente destacó otros gestos hacia sus socios en el Parlamento, como la posible promoción de la representación de Cataluña o el País Vasco en entidades internacionales como la Organización Mundial del Turismo o la UNESCO, una demanda habitual de Junts.
Sánchez rechazó llevar a cabo una remodelación profunda del Ejecutivo, como le ha planteado Yolanda Díaz, y reiteró su compromiso de agotar la legislatura. «Disponemos de ideas, recursos y un equipo competente para continuar dos años más», afirmó, resaltando que el Gobierno ha ganado el 91% de las votaciones parlamentarias y mantiene una base económica sólida, con una recaudación fiscal récord y fondos europeos pendientes de utilizar.
Además, el presidente apeló al contexto internacional y al avance de la ultraderecha para justificar la continuidad de un Ejecutivo progresista. En ese sentido, advirtió que un Gobierno formado por PP y Vox sería “un grave error histórico” para España y criticó la credibilidad política y moral de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Defendió que, aunque han cometido errores, los están afrontando y actuando en consecuencia.
También resaltó la respuesta del PSOE ante los recientes casos de acoso sexual, aunque reconoció que la actuación fue tardía en el caso de Paco Salazar. Subrayó el compromiso feminista del partido y la necesidad de abordar los abusos con transparencia y contundencia.
Durante la ronda de preguntas, Sánchez respondió a las críticas sobre su desconocimiento de las acciones de personas cercanas comparando su caso con la relación de Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado. «Se conoce mejor a alguien compartiendo vacaciones que solo en un Consejo de Ministros», señaló.
Para concluir su intervención, anunció una medida de gran impacto social: la creación de un abono único de transporte para todo el territorio nacional, con un coste de 60 euros mensuales para el público general y 30 euros para los jóvenes. Esta iniciativa permitirá reducir hasta un 60% el gasto en movilidad para aproximadamente dos millones de personas. Este anuncio refuerza la idea de que el Gobierno sigue dispuesto a implementar políticas sociales, junto con próximas subidas de pensiones y del salario mínimo.
A pesar de que el presidente insiste en no querer modificar más el Ejecutivo, la situación política continúa siendo inestable. En los próximos meses deberá reemplazar a figuras clave como María Jesús Montero, mientras la evolución de los casos judiciales abiertos y el calendario electoral podrían limitar su margen de maniobra. Por ahora, Sánchez deja claro que su intención es permanecer en el Gobierno y seguir gobernando.


