La derecha populista británica ha irrumpido con fuerza en el panorama político local tras las elecciones celebradas este jueves en Inglaterra. El partido Reform UK, liderado por Nigel Farage, ha protagonizado una jornada electoral histórica al arrebatar a los laboristas el escaño de la circunscripción de Runcorn, debilitando aún más al Gobierno de Keir Starmer.
El avance del partido no se ha limitado a los bastiones tradicionales del laborismo. Reform UK también ha logrado quitar numerosos concejales al Partido Conservador, consolidándose como una amenaza tanto para el centroizquierda como para la derecha tradicional. En un hecho sin precedentes para la formación, Reform UK ha conseguido su primera alcaldía, un símbolo del creciente descontento con los partidos establecidos.
Los analistas consideran este resultado como un duro golpe al liderazgo de Starmer, que ve erosionado su apoyo en zonas clave del norte de Inglaterra. Al mismo tiempo, refleja el debilitamiento del Partido Conservador, aún afectado por divisiones internas y el desgaste tras años de gobierno.
Nigel Farage celebró los resultados asegurando que “los británicos están enviando un mensaje claro de hartazgo con el statu quo”. Reform UK ha basado su campaña en un discurso nacionalista, crítico con la inmigración y con promesas de recortar impuestos, lo que ha calado en sectores populares desencantados.
Con estos resultados, se intensifica la presión sobre los grandes partidos de cara a las elecciones generales previstas para 2026.
