El sábado pasado, las sirenas antiaéreas se activaron en Chelm y otras localidades de la región de Lublin, causando alarma entre sus habitantes. Marek y su pareja fueron despertados abruptamente mientras dormían después de una noche de fiesta por el fuerte sonido que indicaba una alerta aérea. Esta situación recordó a varios residentes la “normalidad interrumpida” que se vive en la cercana ciudad ucraniana de Lviv, según relata Olga, una ucraniana que atravesaba la frontera oriental polaca.
Chelm está situada a menos de treinta minutos en coche de la frontera con Ucrania. Desde que comenzó la guerra en 2022, esta área ha recibido numerosas oleadas de refugiados y actualmente se enfrenta a incursiones de drones rusos. «Estamos a 20 kilómetros de la guerra y la OTAN no va a defendernos», señala Peter, un guardia fronterizo, mientras que Anna, profesora local, expresa su preocupación por la posibilidad de que el conflicto alcance territorio polaco sin respaldo internacional.
El aviso de alerta llegó por SMS a las 17:45, instando a tomar precauciones adicionales y a seguir las indicaciones de los servicios de emergencia; fue desactivado una hora después. La reacción entre los vecinos fue variada: algunos entraron en pánico y otros optaron por ignorar las sirenas. «Se necesita formación para esto», reconoce Marcin Dmowski, alcalde de la vecina localidad de Widnik, en diálogo con Gazeta Wyborcza.
Jakub Banaszek, alcalde de Chelm, defendió la decisión de activar las sirenas: «Es preferible activar los protocolos más veces de las necesarias a no hacerlo cuando sea imprescindible». Sin embargo, admitió que estos anuncios generan emociones intensas, especialmente cuando la alarma se suspende prontamente.
Esta tensión no es exclusiva de esta zona. En el contexto de los ejercicios militares conjuntos de Rusia y Bielorrusia, conocidos como Zapad 2025, el ejército ruso ha desplegado misiles Iskander-M en Kaliningrado, con apuntes hacia Varsovia. Miembros de la comunidad Osint de Cyberboroshno detectaron uno de estos cohetes a solo 35 kilómetros de la frontera polaca.
La sensación de una «situación previa a la guerra» es evidente. El escritor Bartosz Wieliski comenta: «Cuando el primer ministro Donald Tusk mencionó la ‘preguerra’ hace año y medio, pensé que era una exageración. Hoy nos preguntamos cuánto tiempo durará esta etapa». La historia reciente de Polonia y los recientes ejercicios militares de Rusia mantienen a la población en estado de alerta constante, enfrentando una incertidumbre diaria.