El huracán Melissa, reconocido como el más intenso de la temporada, sigue avanzando hacia el Atlántico norte tras afectar varias islas del Caribe. Bermudas mantiene la alerta roja ante la llegada de la tormenta, que presenta rachas de viento de hasta 200 kilómetros por hora.
El martes, Melissa impactó Jamaica y posteriormente afectó Haití, República Dominicana, Cuba y Bahamas, provocando lluvias intensas, olas de hasta cuatro metros y daños significativos. Los países afectados continúan evaluando los daños ocasionados por el ciclón.
En Cuba, una de las regiones más golpeadas, el presidente Miguel Díaz-Canel visitó zonas perjudicadas de la provincia de Holguín este jueves. “Estamos vivos, nuestro triunfo es la vida”, afirmó el mandatario, resaltando la fortaleza de la población ante lo que Naciones Unidas calificó como uno de los tres huracanes más fuertes que han azotado la isla.
Miles de habitantes en las provincias orientales de Cuba permanecen sin comunicación debido a inundaciones y desbordes fluviales. La Conferencia de Obispos Católicos informó que “un millón de personas han resultado afectadas en diversa medida” y muchas familias han perdido sus hogares por completo. “Esta tragedia nacional tras el ciclón se suma a la compleja situación diaria de nuestra gente”, añadieron.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) calcula que al menos 700.000 personas en Cuba necesitarán apoyo humanitario en los próximos tres a seis meses. Estados Unidos ha incluido al país en la lista de naciones receptores de asistencia internacional tras el paso de Melissa, junto con Haití, República Dominicana, Jamaica y Bahamas. Desde Washington, se ha anunciado que la ayuda se canalizará directamente a la población, sin intermediación del gobierno cubano.
El viceprimer ministro cubano, Roberto Morales, calificó desde La Habana como “indignante” la oferta estadounidense y exigió el levantamiento del embargo para que el pueblo pueda recibir un apoyo real.
En Haití, el huracán dejó al menos 30 fallecidos y severas inundaciones en la región sur del país. Mientras tanto, en Jamaica –donde el huracán alcanzó su máxima categoría 5– amplias zonas continúan sin suministro eléctrico y más de cien carreteras permanecen bloqueadas. Aunque el número total de muertes en el Caribe se aproxima a cincuenta, las autoridades temen que aumente conforme se restablezca la comunicación en áreas aisladas.



 
                                    