La tentativa de escape de Martiño Ramos Soto en Cuba comenzó a desmoronarse días antes de que su identidad fuera incluida entre los diez fugitivos más buscados en España. Instalado desde hacía varios meses en La Habana con el nombre falso de «Martín Soto», el condenado por abusos sexuales a una menor decidió abandonar de forma repentina el barrio de El Vedado. Aunque su perfil activo en Instagram continuaba mostrando imágenes de modelos, él ya no permanecía allí.
Según relata una amiga que formaba parte de su círculo en La Habana, este intento de salida se produjo el viernes pasado, antes de que su presencia en la isla fuera conocida por la prensa. «Llamó rápidamente a las personas con las que había tenido contacto, comentó que debía irse, que había sido un placer conocerlas y colgó», describe. Cuando intentaron devolverle la llamada, su línea ya había sido desactivada y en su vivienda alquilada nadie respondió.
Esta despedida inesperada suscitó dudas y motivó a su entorno a investigar. Comenzaron a circular rumores sobre su presunta identificación con el profesor ourensano condenado a 13 años y medio por abusos a una menor que había escapado meses atrás. Pronto estas sospechas se confirmaron.
Dos indicios que aceleraron su caída
La cuestión que ahora plantean quienes lo conocían en Cuba es qué motivo tuvo para huir justo en ese momento, cuando aún no figuraba en listas oficiales ni se conocía su paradero. Diversas fuentes sugieren que, en pocos días, varios errores en su entorno lograron exponerlo.
El primer indicio ocurrió en una fiesta de cumpleaños en La Habana. Una cubana residente en España afirmó haberlo reconocido entre los asistentes. Este comentario se propagó entre los presentes y llegó hasta Martiño, quien entendió que su anonimato estaba en peligro.
El segundo error se produjo desde España. El colectivo Madres Protectoras de Madrid, que llevaba tiempo difundiendo datos sobre su posible ubicación, consiguió contactar con una amiga muy cercana al fugitivo. Esta mujer admitió haber visto accidentalmente un documento que revelaba su nombre real. Su entorno confirma que ya sospechaban desde hacía semanas: “Nos resultaba extraño que permaneciera tanto tiempo en Cuba sin trabajar y con un gasto elevado”.
Luego de una búsqueda rápida en internet, las dudas se disiparon. Las amistades más próximas comenzaron a intercambiar mensajes alertando sobre la situación. En este contexto, la llamada urgente del viernes —en la que anunció su partida sin justificarla— se considera el tercer indicio del colapso de su doble vida.
El intento fallido de fuga y su captura
A pesar de la rápida desaparición, Martiño no logró salir de la isla. La Policía Nacional Revolucionaria lo arrestó en La Habana, en colaboración con la Brigada de Localización de Fugitivos de la UDYCO Central, que llevaba más de un mes estrechando el cerco sin que él tuviera conocimiento.
Fuentes policiales indican que las autoridades cubanas actuaron con prontitud al recibir información sobre la gravedad del delito. Aunque no existe un convenio formal de extradición entre Cuba y España, el proceso puede realizarse con base en el principio de reciprocidad.
El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, manifestó su confianza en que Martiño pueda ser trasladado a España «en las próximas horas o días», asegurando que toda la documentación requerida ya se encuentra en manos de las autoridades cubanas.
