Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, afronta mayores retos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado correspondientes a 2026 debido a las demandas de sus aliados parlamentarios, Junts y Podemos.
Desde la bancada de Carles Puigdemont han emitido una advertencia clara: no se abrirán negociaciones si antes no se ejecutan las partidas presupuestarias que quedaron pendientes en años anteriores.
Por su parte, Podemos ha presentado una serie de condiciones que desde el Gobierno califican como complicadas de aceptar, en un contexto donde preservar la estabilidad parlamentaria es esencial para el desarrollo de la legislatura.
La presión de Junts representa un nuevo desafío para el Ejecutivo, que cuenta con el respaldo de formaciones independentistas y de izquierdas para hacer avanzar sus cuentas. Sin avances en los compromisos previos, el Gobierno podría ver obstaculizada una de las bases fundamentales de su agenda para el próximo ejercicio.
