A partir de este miércoles, la pasta a la carbonara, espaguetis a la boloñesa, lasaña, risotto, tiramisú, gelato artesanal, pizza Margarita, ensalada Caprese, aceite de oliva virgen extra y limoncello han sido incorporados al Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La Unesco ha valorado no solo estas preparaciones tradicionales, sino la cultura culinaria italiana en su conjunto, subrayando su diversidad de sabores, técnicas, rituales y el significado de compartir la comida.
Reunida en Nueva Delhi, la organización de Naciones Unidas ha añadido la cocina italiana a su Lista Representativa como “un modelo de identidad sociocultural”, reconociendo su capacidad para transmitir historia, identidad y pasión. El informe destaca cómo esta gastronomía opera como un elemento unificador que convierte los momentos en la mesa en una manera de expresar emociones, fomentar el diálogo y compartir ideas.
Con este reconocimiento, Italia afianza un nuevo símbolo cultural, confirmando que su cocina no solo se consume, sino que se experimenta. Los ministerios de Cultura y Agricultura italianos, responsables de la candidatura presentada en 2023, señalan que la propuesta se enfoca en un modelo cultural compartido: la selección consciente de ingredientes, la convivencia en torno a la mesa, la transmisión de saberes a futuras generaciones y el respeto por las estaciones y los territorios.
El ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, afirmó: “La cocina italiana es más que recetas; es un ritual diario que nos representa y se adapta sin perder su esencia”. Expertos también remarcan el aspecto emocional de esta gastronomía: “Es una ‘cocina de los afectos’, que comunica recuerdos, vínculos e identidad a través de la alimentación y refleja la vida regional.”
Este reconocimiento de la Unesco abarca la variedad regional del país, desde los risottos del norte hasta el prosciutto de Emilia Romagna, incluyendo carnes, pastas rellenas y salsas típicas de cada zona, componiendo un mosaico culinario singular.
El Gobierno italiano junto con chefs destacados como Massimo Bottura celebraron este logro, subrayando que la cocina italiana pertenece no solo a los profesionales, sino también a todas las familias que han conservado estas tradiciones. La primera ministra Giorgia Meloni describió este reconocimiento como “histórico, un tributo a nuestro pueblo, identidad y estilo de vida”.
Más allá del significado simbólico, se pronostica un impacto positivo en el turismo y el empleo. Asociaciones del sector anticipan que la inscripción podrá aumentar la llegada de turistas entre un 6% y un 8% en los próximos dos años, lo que supondría cerca de 18 millones de visitantes adicionales. En 2024, los turistas extranjeros gastaron 12.080 millones de euros en restaurantes y establecimientos públicos italianos, un 7,5% más que en 2023, mientras que el turismo gastronómico ya genera 9.000 millones de euros en gasto directo.
Italia ya ha sido reconocida en anteriores ocasiones: en 2017, el arte de los pizzaioli napolitanos fue declarado Patrimonio Inmaterial, y en 2021 se valoraron los conocimientos tradicionales vinculados a la búsqueda de trufas. Con la inclusión de la cocina italiana en su conjunto, el país alcanza 21 expresiones culturales inscritas por la Unesco, consolidándose como un referente mundial en patrimonio cultural.
