Un guardia civil resultó gravemente herido tras ser atacado con un garfio por un inmigrante en la frontera de Ceuta. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) señaló que el ataque iba dirigido a la cabeza y que el agente escapó por poco de una lesión mayor. El incidente ocurrió en una jornada con alta presión migratoria, coincidiendo con el paso de la borrasca ‘Emilia’.
El suceso se registró en un día complicado, con múltiples intentos de entrada a nado y escaladas a la valla. Según comunicados de la AUGC, el agresor se escondía en territorio español, lo que la asociación vincula a un fallo en los sensores fronterizos.
El inmigrante arremetió violentamente con un garfio, un arma punzante de alta peligrosidad. Aunque el agente logró esquivar el golpe que iba hacia su cabeza, sufrió una profunda herida en el brazo. La AUGC advirtió que la situación pudo derivar en una tragedia irreversible y calificó la agresión como un intento de homicidio en la frontera.
Denuncias sobre la falta de recursos y aumento de la violencia
La Asociación Unificada de Guardias Civiles condenó el ataque y criticó las condiciones laborales en Ceuta.
Los puntos principales de su denuncia son:
• Incremento de la violencia: Los ataques a los agentes ya no se limitan a agresiones físicas, sino que incluyen el uso de armas peligrosas.
• Escasez de recursos: La AUGC destaca la “absoluta inferioridad numérica y de medios” con la que operan frente a la violencia desmedida en la frontera sur.
• Insuficiente protección: El Ministerio del Interior es criticado por no proveer a los agentes de la protección adecuada, especialmente en contextos de alta presión migratoria y condiciones meteorológicas adversas.
La asociación ha reiterado su demanda para que la Guardia Civil sea reconocida como profesión de riesgo y ha cuestionado directamente al ministro del Interior sobre qué más debe ocurrir para implementar medidas que garanticen la seguridad de los efectivos.


