El Ejecutivo del Reino Unido ha optado por intensificar la vigilancia policial en las protestas que apoyan a Palestina, una decisión que ha suscitado críticas entre activistas y entidades de derechos humanos.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, defendió esta medida con la intención de detener las frecuentes manifestaciones a favor de la organización Acción Palestina, catalogada por su partido como grupo terrorista hace cuatro meses.
Diversos colectivos afirman que esta acción restringe la libertad de expresión y acusan al Gobierno de intentar silenciar a quienes expresan solidaridad con la causa palestina. Sin embargo, las autoridades aseguran que estas medidas buscan proteger la seguridad pública y evitar posibles episodios violentos durante las concentraciones.
La discusión sobre el equilibrio entre seguridad y libertad de expresión en el Reino Unido continúa ganando relevancia, mientras las protestas prosiguen en distintas localidades del país.