Los enfrentamientos en la frontera entre Tailandia y Camboya han forzado a miles de personas a desplazarse, representando la mayor escalada desde los intercambios de misiles y artillería de julio, que ocasionaron al menos 48 fallecimientos y el desplazamiento de cerca de 300.000 habitantes.
En la mañana de hoy, las autoridades tailandesas reportaron la entrada de tropas camboyanas en la provincia de Trat, provocando que el ejército tailandés realizara operaciones militares para retomar el control de la región. Según el ejército de Bangkok, cohetes, drones y proyectiles de artillería impactaron en tres provincias del noreste, dañando zonas residenciales en Sa Kaeo.
Por otro lado, Phnom Penh afirmó que los ataques nocturnos tailandeses causaron la muerte de dos civiles y acusó a Tailandia de empeorar intencionadamente el conflicto. Las imágenes transmitidas por la televisión estatal camboyana mostraban carreteras saturadas con miles de vehículos durante las evacuaciones masivas.
En Tailandia, aproximadamente 438.000 personas de cinco provincias fronterizas han sido evacuadas, mientras muchos buscaron refugio en búnkeres improvisados o estructuras de hormigón para protegerse de los ataques. Esta situación llevó al cierre temporal de varios hospitales en áreas amenazadas.
El conflicto se intensificó el lunes con un ataque aéreo tailandés contra objetivos militares en Camboya, que dejó al menos cuatro civiles muertos. Ambos gobiernos se responsabilizan mutuamente del inicio de las hostilidades.
Estos enfrentamientos resaltan la fragilidad del acuerdo de paz firmado en octubre bajo la mediación de Donald Trump, el cual fue cuestionado tras la suspensión unilateral por parte del primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, luego de acusar a Camboya de colocar minas antipersona en territorio tailandés, hechos que causaron varios heridos y revivieron tensiones históricas.
