Martiño Ramos, el docente de Orense condenado a 13 años de prisión por violación y abusos sexuales continuados a una menor, ha sido ubicado en La Habana tras permanecer varios meses desaparecido. El fugitivo —que fue militante en Orense En Común y En Marea— vive en la capital cubana desde, al menos, julio y se presenta con el nombre «Martín Soto», que corresponde a su segundo apellido, mientras desempeña labores como fotógrafo.
La Policía Nacional ya consideraba desde semanas antes la posibilidad de que Ramos hubiera salido de Galicia. Fuentes del cuerpo policial indicaron que, dada la amplia difusión de su imagen, resultaba poco probable que continuase en Orense, por lo que se daba casi por seguro que había huido para evitar su entrada en prisión. Las recientes informaciones confirman esta hipótesis.
De docente y activista por los derechos de las mujeres a agresor sexual condenado
Ramos había desarrollado una activa participación política y social en la provincia, en especial en la defensa de los derechos femeninos. No obstante, según dictaminó la Audiencia Provincial de Orense, utilizó su posición como docente para cometer abusos reiterados sobre una menor de edad durante el periodo comprendido entre los 12 y 16 años.
La víctima fue su alumna en la etapa de Educación Infantil. El condenado inició contacto con ella a través de redes sociales, ocultando su identidad y presentándose como un apoyo emocional. Gracias a esta maniobra, logró que la menor le enviase imágenes y vídeos íntimos sin conocer quién estaba realmente detrás.
El encuentro en el aula que reveló el engaño
La situación cambió cuando Ramos se presentó personalmente ante la menor en un aula del centro donde impartía clase y le reveló que era la persona con la que había estado conversando online. Según la sentencia, la joven sufrió un shock mientras él la abrazaba, la sentaba en sus piernas y la besaba en la boca.
A partir de ese momento, se produjeron múltiples encuentros en los que, además de las agresiones sexuales, el docente ejerció violencia física. La resolución judicial describe bofetadas, azotes y episodios de notable gravedad en los que Ramos golpeó a la víctima mientras ella lloraba y le rogaba que cesara. Tras estos ataques, la dejaba sin atender su estado.
Condena firme que elude desde el Caribe
En julio de 2024, el profesor de 45 años fue sentenciado a 13 años de prisión por violación y abusos continuados, junto con una inhabilitación para ejercer la docencia por 21 años. La sentencia incluyó una orden de alejamiento de 20 años y una indemnización de 30.000 euros. Esta resolución fue confirmada posteriormente por tribunales superiores.
