Los presidentes autonómicos del Partido Popular han expresado una postura firme ante las recientes declaraciones y advertencias de Vox, en particular las emitidas por su líder, Santiago Abascal, respecto a la presidenta extremeña, María Guardiola. El PP subraya que no desviará su línea política, incluso si ello conlleva una nueva convocatoria electoral.
Diversos dirigentes del PP han restado importancia a las amenazas de Vox, defendiendo que cada concesión sería un error y reafirmando que no modificarán sus decisiones bajo presiones externas. Según informan fuentes internas, la estrategia es clara: mantener la posición y dejar que Vox se exponga ante la sociedad.
En el ámbito autonómico, los líderes populares consideran esencial preservar su coherencia política, aunque el desacuerdo provoque un nuevo proceso electoral. De forma unánime, han señalado que, si es necesario repetir elecciones, así se hará, sin contemplar cambios en su táctica de negociación.
Esta postura refuerza la idea de que el Partido Popular prefiere afrontar el desgaste que podría ocasionar un periodo de inestabilidad antes que aceptar condiciones que puedan comprometer sus principios o su programa de gobierno.
La tensión entre ambas formaciones pone de manifiesto la fragilidad de posibles acuerdos y anticipa un escenario incierto en varias comunidades autónomas donde el respaldo de Vox es clave para la gobernabilidad.



