La ministra Ana Redondo alerta de que la pornografía se ha convertido en “la escuela donde muchos jóvenes se están formando o deformando en sus relaciones afectivo-sexuales”.
Madrid, 20 de octubre de 2025.– El Ministerio de Igualdad ha puesto en marcha la campaña institucional “Porno, por no hablar”, una iniciativa dirigida a promover una educación sexual positiva basada en la igualdad y el buen trato, y a sensibilizar sobre el consumo de pornografía en la adolescencia.
Durante la presentación, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, advirtió de que el primer contacto con la pornografía se produce cada vez a edades más tempranas, situándose entre los 8 y los 10 años. Según los datos ofrecidos, seis de cada diez adolescentes en España consumen pornografía, y casi la mitad reconoce que “ve demasiada”.
“La pornografía está siendo la escuela donde muchos de los jóvenes y las jóvenes se están formando o deformando en sus relaciones afectivo-sexuales”, señaló Redondo.
La ministra subrayó que esta exposición temprana coincide con un momento clave en el desarrollo psicológico, social e identitario de los adolescentes. Los expertos, recordó, advierten de que el consumo habitual de pornografía puede ser perjudicial para la construcción de la sexualidad y las relaciones afectivas.
“La pornografía que se distribuye en internet es violenta y machista. Deshumaniza a las mujeres, las convierte en objetos de consumo sexual y promueve relaciones basadas en la imposición y la violencia”, afirmó la titular de Igualdad.
Los estudios citados por el Ministerio revelan además que un 30% de los adolescentes accede al porno de forma accidental, y que seis de cada diez jóvenes reconocen que el contenido pornográfico influye ‘mucho o bastante’ en sus experiencias sexuales.
La campaña “Porno, por no hablar” pretende romper el tabú social que todavía existe en torno a la educación sexual, promoviendo el diálogo en el ámbito familiar, escolar y social. “Hablar de estas cuestiones es ya un avance”, insistió Redondo.
Asimismo, la iniciativa busca fortalecer la educación afectivo-sexual para dotar a los adolescentes de herramientas que les permitan desarrollar un pensamiento crítico frente a la violencia y el consumo de pornografía.
“El problema es que ese consumo muchas veces se traslada a la realidad y genera actitudes y relaciones basadas en la deshumanización, la imposición y la dominación. Es una cuestión de profundo calado social, psicológico y personal, que nos interpela a todas y a todos”, concluyó la ministra.
