Junts per Catalunya exhibió nuevamente este miércoles su habilidad para adaptarse a distintas alianzas parlamentarias según las circunstancias políticas. La formación de Carles Puigdemont combinó en una sola jornada un voto alineado con el Partido Popular, una crítica hacia el expresidente José María Aznar y, finalmente, un apoyo clave al Gobierno respecto a la energía nuclear.
El partido independentista expresó su preocupación por lo que considera una “exageración” del Ejecutivo luego de la aprobación de la ley de amnistía, señalando que algunos gestos del Gobierno intentan presentar una normalidad institucional posiblemente sobreestimada. Además, desde Junts enviaron un mensaje dirigido a quienes cuestionan sus acciones políticas: “Quien tenga que actuar, que actúe”, frase que se interpreta como un aviso tanto a la oposición como a sectores dentro del propio Gobierno.
A pesar de un discurso tenso, Junts decidió respaldar al Ejecutivo en un punto fundamental de la votación sobre la política nuclear, evitando así una derrota gubernamental en un asunto especialmente delicado. Este respaldo se contrapone con su voto previo coincidiendo con el PP en otra votación del día, lo que pone de manifiesto la estrategia de presión y autonomía que mantiene la formación independentista dentro del Congreso.
Con este episodio, Junts confirma su rol como un actor relevante y a la vez imprevisible en la política nacional, condicionando la estabilidad del Gobierno mientras preserva su propia agenda y mantiene un discurso crítico hacia Madrid.
