La expansión de los centros de procesamiento de datos —impulsada por la inteligencia artificial, los servicios en la nube y la digitalización masiva— está redefiniendo el modelo energético español. Ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Badajoz e incluso Ceuta podrían ver crecer su demanda eléctrica hasta un 250% en los próximos años, según estimaciones de expertos del sector.
Un consumo eléctrico que se multiplica
La transformación digital está generando una demanda sin precedentes de capacidad de cálculo. Este salto tecnológico tiene un impacto directo en los sistemas energéticos. Solo en Aragón, por ejemplo, donde actualmente se consumen unos 10 TWh anuales, los centros de datos proyectados por Amazon, Microsoft y Blackstone podrían añadir 25 TWh adicionales, multiplicando por 2,5 el consumo actual.
A nivel estatal, España cuenta con alrededor de 200 centros de datos, con una potencia instalada estimada entre 200 MW y 350 MW, pero las previsiones apuntan a un aumento que podría alcanzar los 730 MW en 2026. En potencia total demandada, se estima un crecimiento de 40 GW, prácticamente duplicando la punta de consumo eléctrico vigente.
Ceuta, un enclave emergente en el sector
La ciudad autónoma de Ceuta, tradicionalmente desvinculada de los grandes hubs tecnológicos, aparece ahora como un enclave estratégico en la planificación del sector. Según el analista tecnológico Mauro Villanueva-Monzon, un nuevo centro de datos previsto en Ceuta podría convertirse en destino para casas de juego procedentes de Gibraltar, atraídas por ventajas fiscales y por la creciente competitividad de la ciudad en servicios digitales.
Este movimiento situaría a Ceuta en un mapa nacional dominado hasta ahora por grandes áreas metropolitanas, añadiendo un nuevo polo tecnológico en el extremo sur del país.
Redes saturadas y desafíos de integración
A pesar del crecimiento de la generación renovable, la infraestructura de transporte y distribución no está preparada para absorber la demanda creciente. El vicepresidente de Secure Power de Schneider Electric, Jordi García, advierte:
“España tiene un 70% de potencia instalada renovable, pero las redes están tan colapsadas que un 13% de esa energía ni siquiera puede aprovecharse”.
La industria reclama una digitalización profunda de toda la red eléctrica, desde la producción hasta el consumidor final, para poder integrar de forma eficiente la demanda que provendrá de los centros de datos.
IA y electrificación: un binomio inseparable
El desarrollo de la inteligencia artificial es uno de los grandes motores de esta transformación. Un solo rack de computación avanzada puede llegar a consumir hasta 1 MW, multiplica por cien el gasto de un rack convencional.
“Necesitamos electricidad para desarrollar la IA, e IA para optimizar la electrificación”, señalan desde Schneider Electric, cuyo trabajo abarca desde la optimización de la red hasta la gestión del calor residual de los data centers.
Flexibilidad y regulación: tareas pendientes
Firmas especializadas como AleaSoft Energy Forecasting advierten de la necesidad de incorporar mecanismos de flexibilidad y adaptar el marco regulatorio para grandes consumidores energéticos como los centros de datos. También piden revisar los procedimientos operativos del sistema eléctrico, especialmente tras los análisis surgidos por el reciente debate sobre el riesgo de apagones.
Nuevos proyectos por toda España
Más allá de los grandes núcleos, territorios como Valencia, el eje Bilbao–Navarra o incluso Badajoz —donde Nostrum Group prevé un proyecto de más de 300 MW a partir de 2026— se están posicionando como futuros hubs digitales.
Según Gabriel Nebreda, CEO de Nostrum Group, Europa y España han perdido tres de las “cuatro entradas al futuro digital”: la nube, los servicios y la usabilidad. “Solo nos queda la cuarta: las infraestructuras. Y ahí tenemos una oportunidad única.”
Ceuta, ahora incluida en los planes de expansión del sector, se suma así a un escenario nacional que se prepara para una transformación energética sin precedentes. España encara el reto con una paradoja clara: tiene capacidad de generación, pero necesita redes más inteligentes para no dejar escapar el futuro digital.
