El exembajador en España desembarca en Rabat para afianzar los lazos con el Reino alauí y gestionar las tensiones diplomáticas con Europa
En una maniobra que refuerza el peso estratégico de Marruecos en el norte de África, Duke Buchan III ha jurado su cargo como nuevo embajador de Estados Unidos en Rabat, en una designación personalmente avalada por Donald Trump. El movimiento refleja la prioridad que el presidente concede a la relación con Mohamed VI al inicio de su segundo mandato, en un contexto de fricciones diplomáticas con Europa y dentro de la OTAN.
El nombramiento de Buchan, que ya ocupó la Embajada estadounidense en España entre 2017 y 2021, consolida la apuesta de Washington por Marruecos como socio clave en materia de seguridad, defensa y desarrollo tecnológico.

Un financiero convertido en embajador de peso político
Lejos de ser un diplomático de carrera, Buchan es un veterano financiero y figura de primer nivel dentro del Partido Republicano. Hasta hace unos meses presidía el Comité Financiero Nacional del partido, papel que el Wall Street Journal describió como el de “arma recaudadora secreta de Trump”.
Fundador del fondo especulativo Hunter Global Investors, amasó una considerable fortuna que le permitió convertirse en uno de los principales donantes del expresidente, con una contribución de un millón de dólares a su primera campaña en 2015. Su lealtad y cercanía personal lo sitúan dentro del núcleo duro del poder republicano.
La magnitud de su influencia ha llevado incluso al vicepresidente JD Vance a asumir, de forma inédita, la recaudación de fondos republicana tras su marcha a Rabat.
Vínculos con España y el mundo hispano
Buchan mantiene una relación personal y cultural con el mundo hispano desde su juventud, tras estudiar en Sevilla y Valencia, donde aprendió español. Durante su etapa diplomática en Madrid, centró su trabajo en fomentar la inversión estadounidense y mejorar los lazos económicos bilaterales, llegando a presionar al Gobierno de Pedro Sánchez para retirar la llamada “Tasa Google”.
También conserva una fuerte vinculación personal con Sotogrande, localidad gaditana que, según ha confesado, considera uno de sus lugares preferidos.
Marruecos, pilar de estabilidad y socio prioritario
En su comparecencia ante el Senado estadounidense, Buchan definió al monarca marroquí como “un líder valioso y un amigo de Estados Unidos”, subrayando que Marruecos es “un pilar de estabilidad” y un aliado estratégico en la región.
Washington valora especialmente la cooperación militar con Rabat, que acoge los ejercicios conjuntos African Lion, los mayores del comando militar estadounidense para África (Africom).
Aunque evitó pronunciarse sobre un hipotético traslado de bases militares desde España a Marruecos, Buchan dejó clara su intención de “fortalecer una relación de seguridad de larga data” entre ambos países.
Más influencia que su homólogo en Madrid
El nuevo embajador en Rabat contará con mayor acceso e influencia en la Casa Blanca que su homólogo en España, Benjamin Leon, otro empresario republicano pero sin la conexión personal que une a Buchan con Trump.
Mientras Leon mantiene una relación política más cercana al secretario de Estado Marco Rubio, Buchan forma parte del círculo íntimo del presidente.
Este desequilibrio podría traducirse en una interlocución más favorable para Rabat en caso de nuevas tensiones entre Madrid y Washington.
Cooperación tecnológica y económica
Además de la vertiente política y militar, Buchan ha puesto especial énfasis en la cooperación tecnológica y económica. Su objetivo declarado es “ampliar las oportunidades para las empresas estadounidenses en Marruecos” y potenciar la transferencia de tecnología en sectores clave como el transporte, la energía y la agricultura.
El plan encaja con la estrategia de Trump de reforzar la presencia económica de EE. UU. en África y contrarrestar la influencia de China y la Unión Europea. Marruecos, con su estabilidad institucional y su ambiciosa agenda de modernización, se presenta como un aliado ideal para ese propósito.
Un movimiento con lectura estratégica
El desembarco de Duke Buchan III en Rabat tiene una clara lectura geopolítica: Estados Unidos busca consolidar un triángulo de poder entre Washington, Rabat y el norte de África, en un momento en el que las relaciones con Europa atraviesan turbulencias.
Para Mohamed VI, el nombramiento representa una oportunidad de reforzar su posición como socio preferente de Occidente.
Para España, una advertencia de que el tablero diplomático en el Estrecho se reconfigura con rapidez y que Marruecos sigue ganando peso en la agenda estratégica de Washington.


