Las fuertes precipitaciones que afectan a la Franja de Gaza han causado inundaciones en miles de tiendas de campaña que alojan a personas desplazadas a causa del conflicto. Además, el barro ha dificultado el acceso a las calles, complicando aún más las condiciones en una zona ya marcada por una grave crisis humanitaria.
Las familias en Gaza enfrentan las adversidades climáticas a la intemperie, mientras los vehículos que transportan ayuda humanitaria permanecen bloqueados. Esta combinación ha llevado a muchas personas a vivir en condiciones extremadamente precarias, incrementando su vulnerabilidad ante el frío y la humedad.
Asimismo, el Ejército israelí ha intensificado los bombardeos en distintas áreas del norte y sur del enclave, a pesar de que teóricamente está vigente un alto el fuego, lo que genera inquietudes sobre la protección de los civiles en medio de estas circunstancias adversas.
Informes locales indican que la artillería israelí ha atacado las inmediaciones del barrio de Shujaiya, al este de Gaza, y que un dron lanzó misiles sobre el campo de refugiados de Yabalia, en el norte. Las autoridades militares de Israel no han proporcionado comentarios al respecto, aunque suelen justificar estas acciones alegando la presencia de grupos terroristas en la zona.
Videos difundidos por canales de noticias palestinos muestran a personas desplazadas gritando desesperadas tras daños severos en sus refugios temporales ocasionados por las lluvias. Entre los sectores más afectados en el norte destacan Baraka, Al Daraj, Al Yarmouk y el campamento de Al Shati, situado en la Ciudad de Gaza.
En la gobernación central, zonas como Al Baraka y Al Bassa en Deir al-Balah han soportado los peores efectos del temporal. Además, varios campamentos provisionales cerca del mercado de Nuseirat han sufrido daños importantes. La situación también es crítica en Jan Yunis, donde numerosas carpas han cedido ante las condiciones climáticas.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, ha expresado su preocupación por las condiciones extremas a las que están expuestas miles de familias desplazadas, advirtiendo que esto representa un grave riesgo para su salud y bienestar. La intensa ofensiva militar israelí en los últimos dos años ha destruido el 92% de las viviendas en Gaza, obligando a la mayoría de sus habitantes a refugiarse en alojamientos insuficientes para protegerse del frío.
Por otra parte, el Ministerio de Sanidad de Gaza informó sobre la recepción de 15 cuerpos entregados por Israel a través del Comité Internacional de la Cruz Roja. Esta entrega tuvo lugar después de que Hamás devolviera el cadáver del rehén Meni Goddard. Con esta entrega, la cifra total de cuerpos recibidos asciende a 330, dificultando el esfuerzo de las familias para identificar a sus seres queridos en medio de la crisis.
