La situación provocada por las denuncias de acoso sexual dirigidas contra el exasesor de Moncloa, Paco Salazar, se ha complicado debido a serias acusaciones internas emitidas contra la secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró. Diversos miembros del partido la responsabilizan como la principal causa de la falta de actuación, afirmando que habría protegido deliberadamente a Salazar para esconder el vínculo personal cercano que mantiene con él, anteponiendo sus intereses particulares a sus responsabilidades orgánicas.
La posición de la ‘número 3’ del PSOE, Rebeca Torró, enfrenta una presión creciente debido a las críticas por su manejo del denominado ‘caso Salazar’. Las acusaciones internas contra ella han ido escalando, desde señalar una conducta negligente hasta acusarla directamente de «ocultamiento intencionado» motivado por cuestiones personales.
De acuerdo con fuentes socialistas consultadas por Vozpópuli, la intención de Torró de guardar la confidencialidad sobre su estrecha relación personal con el exresponsable de Acción Electoral en Ferraz explicaría la falta de reacción del partido frente a un caso conocido desde hace al menos cinco meses tanto en la sede federal como en el Palacio de La Moncloa.
«Al parecer, priorizó sus intereses particulares para que no se supiese su vínculo con Salazar antes que cumplir con sus funciones como responsable de Organización», revelan las fuentes.
El Partido Niega la Falta de Actuación
Desde la Secretaría de Organización del PSOE, fuentes oficiales niegan rotundamente que Torró tuviera interés en ocultar las denuncias. Explican que el protocolo interno establece que estos casos deben ser inicialmente gestionados por los mecanismos antiacoso del partido, y que la Secretaría interviene únicamente tras concluir estos procedimientos. Añaden que Torró ha desempeñado un papel fundamental en la activación de los protocolos desde su llegada al cargo.
Una Medida de Protección en Moncloa
El incidente relacionado con Salazar, quien fue recolocado como asesor en Presidencia tras frustrarse su promoción para relevar a Santos Cerdán, ha obligado a Moncloa a implementar una solución provisional.
El presidente Pedro Sánchez dispuso la destitución de Antonio Hernández, mano derecha de Salazar, debido a razones más profundas: una de las denuncias internas señala que Hernández no solo protegió las conductas del asesor, sino que además presionó a una empleada para que retirara sus acusaciones, bloqueando el canal antiacoso implantado en 2021.
Reacciones de Perplejidad e Indignación en las Bases
La revelación sobre el vínculo personal estrecho entre Torró y Salazar, publicada por Vozpópuli, se suma a las críticas por la ausencia de la secretaria de Organización en la resolución de esta crisis. Torró no asistió a la reunión urgente por videoconferencia con responsables territoriales de Igualdad ni ha ofrecido una disculpa pública.
Mientras Ferraz ha tratado de justificar su silencio atribuyéndolo a competencias del área de Igualdad, las acusaciones de ocultamiento con motivos personales han provocado que muchos cargos, especialmente mujeres, pasen de la perplejidad a la indignación. Se lamenta que estas circunstancias den la impresión en la opinión pública de que actitudes machistas puedan ser protegidas incluso por mujeres dentro del partido.
Promoción con el Apoyo de Puig y Zapatero
Rebeca Torró se desempeñó como secretaria de Estado de Industria hasta julio pasado y fue promovida en el partido por el expresidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, con el aval del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Fue asignada a liderar una dirección colegiada creada tras la destitución de Cerdán por el ‘caso Koldo’, estructura en la que Salazar estaba previsto como mentor en la sombra hasta que su propio escándalo de acoso lo impidió.
