Estados Unidos afrontó este fin de semana un impacto notable en el transporte aéreo debido a una prolongada paralización del Gobierno federal. Con 39 días de cierre, se han cancelado más de mil vuelos y muchos otros han sufrido demoras a causa de la falta de controladores aéreos.
Flightaware reportó que el sábado se interrumpieron 1.526 vuelos en todo el territorio nacional. Las terminales más afectadas incluyen los aeropuertos de Hartsfield-Jackson en Atlanta, Newark en Nueva Jersey, Charlotte en Carolina del Norte, John F. Kennedy en Nueva York y el Aeropuerto Internacional de Chicago.
Más de 6.570 vuelos registraron retrasos, especialmente en las áreas de Atlanta, Chicago y Nueva York. En el JFK, las llegadas se retrasaron en promedio más de dos horas y media, y las salidas tuvieron un promedio de 100 minutos de demora. En Newark, el retraso medio superó las cuatro horas.
La Administración Federal de Aviación indicó que American Airlines, Southwest, United, Delta y Jetblue son las aerolíneas más afectadas. Además, la FAA ha impuesto suspensiones temporales de las operaciones en tierra en Chicago y JFK debido a la carencia de controladores, lo que afecta el flujo aéreo.
Ante esta situación, el Departamento de Transportes ordenó una reducción del tráfico aéreo nacional de hasta un 10%. El Gobierno advirtió que esta restricción podría alcanzar el 20% el próximo miércoles si no se soluciona el problema. Los controladores aéreos, considerados trabajadores esenciales, deben acudir a sus puestos sin recibir sueldo; sin embargo, cerca de 2.000 han tomado licencia argumentando diversas causas.
Sean Duffy, secretario de Transporte, manifestó su preocupación ante la posibilidad de que el escenario se complique si no se acuerda antes del martes, fecha prevista para un nuevo pago a los controladores. El pago no se efectuará si la paralización persiste, lo que incrementa la tensión en la mayor interrupción laboral en la historia reciente de EE.UU.
Por su parte, el Senado continúa trabajando para alcanzar un acuerdo que termine con el cierre del Gobierno. La sesión del domingo sigue luego de no llegar a consenso el sábado. Esta situación ha generado críticas hacia el presidente Donald Trump, quien ha aprovechado el contexto para impulsar sus políticas.
Trump ha insistido en redes sociales sobre su propuesta de reformar el sistema sanitario, criticando el ‘Obamacare’ y solicitando la devolución del dinero a los ciudadanos por esta política. Este tema ha sido un punto clave en las negociaciones entre demócratas y republicanos, que intentan conciliar posiciones para reactivar el Gobierno.



