El reciente barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dirigido por José Félix Tezanos, pone de manifiesto una valoración negativa del Gobierno de Pedro Sánchez en relación con la gestión sanitaria en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Estas regiones, gestionadas directamente por el Ejecutivo central, registran niveles de insatisfacción muy superiores a la media nacional.
El estudio, focalizado en el ámbito sanitario para el año 2025, indica que los habitantes de Ceuta y Melilla perciben la necesidad de realizar mejoras considerables en el sistema. Las encuestas se llevaron a cabo entre abril y octubre de este año, con una muestra total de 7.800 participantes, entre los que 252 corresponden a estas dos ciudades autónomas (126 en cada una).
Los datos reflejan que en Ceuta, el 28,5% de los encuestados manifiesta estar «muy insatisfecho» con los servicios sanitarios, mientras que en Melilla el porcentaje de insatisfacción es del 11,3%. Al preguntar sobre la necesidad de cambios profundos, el 20,8% de los residentes en Ceuta considera que son imprescindibles, en contraste con el 54,8% de la población melillense. Asimismo, quienes creen que el sistema «funciona mal y requiere modificaciones importantes» representan el 33,9% en Ceuta y el 18,8% en Melilla.
Por otro lado, la inclinación hacia la sanidad privada destaca también: el 64,6% de los ciudadanos en Melilla preferiría un sistema privado, mientras que en Ceuta esta opción es elegida por el 45%.
Esta situación pone de relieve los desafíos del modelo sanitario en las ciudades autónomas, cuya administración está bajo el Ministerio de Sanidad, liderado actualmente por Mónica García, de Sumar. Esta gestión difiere de la de otras comunidades autónomas con competencias completas en materia de salud.


