La Comisión Europea ha dado a conocer una propuesta destinada a enfrentar el aumento de la desinformación con la creación del Centro Europeo para la Resiliencia Democrática, entidad que funcionará dentro del Ejecutivo comunitario.
Este organismo busca principalmente combatir las campañas de desinformación procedentes de países como Rusia, mediante la colaboración voluntaria de los servicios de inteligencia de los Estados miembros para compartir información y fortalecer la respuesta ante estas amenazas.
La iniciativa está integrada en una estrategia mayor denominada «Escudo democrático», que incluye diversas acciones diseñadas para frenar la difusión de información falsa, frecuentemente originada por actores externos que intentan influir en los procesos democráticos europeos, sobre todo a través de internet.
El centro tendrá la responsabilidad de coordinar las redes y estructuras existentes que trabajan en la prevención, detección y respuesta frente a amenazas relacionadas con la información. Según la Comisión, esta coordinación es esencial para enfrentar la desinformación de manera más efectiva y organizada.
La idea de instaurar un organismo europeo de inteligencia no es reciente; fue propuesta inicialmente el año pasado por el ex primer ministro finlandés Sauli Niinistö, en un informe solicitado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, con el objetivo de plantear medidas concretas contra la desinformación.
Aunque los gobiernos europeos suelen mostrarse reticentes a compartir datos de inteligencia, Bruselas garantiza que el centro respetará las competencias nacionales de cada Estado miembro, lo que es fundamental para generar confianza y promover una cooperación más amplia en este ámbito delicado.
La presidenta Von der Leyen ha resaltado que la democracia representa un pilar esencial para la libertad, prosperidad y seguridad en Europa y ha afirmado que el «Escudo democrático» reforzará los principios que permiten a los ciudadanos ejercer sus derechos democráticos, como la libertad de expresión, los medios independientes y una sociedad civil activa.
Durante la presentación, la vicepresidenta de la Comisión para la Soberanía Digital, Henna Virkkunen, subrayó que la democracia europea se encuentra bajo presión, especialmente debido al conflicto en Ucrania, lo que enfatiza la urgencia de aumentar la capacidad de la Unión Europea para enfrentar los retos vinculados a la desinformación.
El comisario de Interior, Michael McGrath, advirtió sobre los peligros derivados de regímenes autoritarios que emplean métodos híbridos para manipular la información con el fin de minar la confianza ciudadana y desestabilizar las democracias europeas.
Bruselas destacó que el «Escudo democrático» forma parte de un paquete legislativo que incluye la ley de servicios digitales, la cual obliga a grandes plataformas en internet a adoptar medidas para combatir la desinformación, asegurando que la población reciba información precisa.
Asimismo, se contempla la futura aprobación de una ley sobre inteligencia artificial que exigirá mayor transparencia en el empleo de tecnologías generativas, informando a los usuarios cuando un contenido ha sido generado por máquinas, avanzando hacia una regulación adecuada del impacto tecnológico en la información.
Finalmente, Bruselas también ha solicitado a los influencers una mayor responsabilidad durante las campañas electorales, no para regular su contenido, sino para ofrecer mayor claridad sobre su papel y las influencias políticas que puedan ejercer.



