La Asamblea de Madrid se ha visto marcada por la controversia generada tras la publicación de audios en los que el CEO de Ribera Salud admite la necesidad de incrementar las listas de espera para mejorar la rentabilidad. Este asunto ha eclipsado el debate sobre las enmiendas a los presupuestos de la Comunidad para 2026, que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, con mayoría absoluta, rechazó en su totalidad.
En las grabaciones, el directivo reconoce que la rentabilidad prevalece sobre el cuidado de los pacientes, señalando que se evitan procedimientos poco lucrativos y que se demoran intervenciones para optimizar los resultados financieros. Además, se ha informado que cuatro directivos fueron despedidos tras reportar estas prácticas mediante el canal ético de la empresa.
Fernando Fernández Lara, portavoz adjunto del PSOE, calificó la situación de “gravemente preocupante”, añadiendo: “Resulta alarmante escuchar al CEO de Ribera Salud poner un valor monetario a la salud. El aumento de las listas de espera puede tener consecuencias decisivas para la vida”. Desde el PSOE se acusa a los presupuestos regionales de promover la privatización de derechos, considerando a los pacientes como clientes.
Tanto Más Madrid como el PSOE han anunciado que estudian posibles acciones legales contra la Comunidad de Madrid. Óscar López, secretario general del PSOE madrileño, señaló que “la privatización convierte un derecho universal en un negocio para unos pocos”.
Manuela Bergerot, portavoz de Más Madrid, también criticó la gestión de la presidenta: “Ayuso ha instaurado un sistema que favorece a un par de empresas mientras que millones de madrileños no reciben atención cuando la necesitan”. Bergerot ha solicitado la creación de una comisión parlamentaria para investigar la concesión del servicio al Grupo Ribera Salud.
Por otro lado, la Consejería de Sanidad ha convocado de manera urgente a la dirección del hospital y se comprometió a aplicar “todas las medidas y controles necesarios”. Ribera Salud ha apartado de sus funciones al CEO Pablo Gallart tras descubrir las irregularidades.
