1 de agosto de 2025 — La administración del presidente Donald Trump avanza para reafirmar el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, facilitando inversiones de compañías estadounidenses en esa zona. Según el medio especializado Africa Intelligence, esta medida forma parte de una estrategia global que busca fortalecer el respaldo político y económico de Washington hacia Rabat.
Este cambio representa una diferencia respecto a la política de restricción implementada por la administración anterior de Joe Biden, que redujo el alcance práctico del reconocimiento oficial que Trump otorgó en diciembre de 2020 durante su primer mandato. En aquel momento, Estados Unidos fue pionero entre las grandes potencias en reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, dentro de un acuerdo que también normalizó las relaciones entre Marruecos e Israel.
Trump retoma su política en torno al Sáhara
Con su retorno al poder, Trump parece decidido a reactivar su plan de política exterior en el norte de África. Africa Intelligence informa que agencias federales, incluida la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), ya han iniciado evaluaciones de seguridad para determinar la viabilidad de proyectos de inversión en el Sáhara. Estos estudios evidencian la intención de Washington de transformar su apoyo diplomático en respaldo económico tangible.
Una región con potencial estratégico
El Sáhara bajo control marroquí representa una oportunidad estratégica para inversiones estadounidenses. La zona es rica en recursos naturales, especialmente fosfatos, y tiene un alto potencial para el desarrollo de energías renovables, como la solar y el hidrógeno verde. Además, proyectos ambiciosos de infraestructura, como el Puerto Atlántico de Dajla, podrían posicionar la región como un centro logístico relevante para el comercio africano e internacional.
La apertura a inversiones de EE.UU. se espera que genere varios beneficios:
- Fomento del desarrollo económico local, con generación de empleo y mejora de infraestructuras.
- Contribución a la estabilidad regional mediante una mayor presencia de actores internacionales en un territorio con conflictos históricos.
- Fortalecimiento de los lazos bilaterales entre Estados Unidos y Marruecos, que ya mantienen cooperación en seguridad, defensa y lucha contra el terrorismo.
Consecuencias a nivel internacional
La renovación del compromiso estadounidense podría provocar un efecto en cadena a nivel global. Países europeos como Francia y España han expresado un respaldo cada vez más claro a la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara, y el apoyo de Estados Unidos podría incentivar posturas similares en otras naciones. En África, Marruecos ha obtenido también respaldos diplomáticos relevantes, como el de Kenia, fortaleciendo su posición continental.
Retos y obstáculos que se presentan
A pesar de este avance, existen desafíos importantes:
- Posibles tensiones con Argelia y el Frente Polisario, que se oponen a la presencia marroquí y podrían responder con escaladas debido a este apoyo estadounidense.
- Incertidumbres jurídicas internacionales, dado que la ONU mantiene al Sáhara Occidental como un territorio pendiente de descolonización.
- Competencia geopolítica en África, particularmente ante el crecimiento de la influencia china en la región. El cierre de programas estadounidenses como la Corporación Reto del Milenio ha dejado espacios que Pekín busca aprovechar.
Un momento clave en la política exterior de EE.UU.
El renovado interés de la administración Trump en el Sáhara Occidental podría marcar un cambio importante en la política estadounidense hacia el norte de África. Mediante inversiones estratégicas y apoyo diplomático, Washington busca afianzar su presencia en una región en la que los equilibrios geopolíticos están en rápida transformación.
Lo que está en juego no es solo la estabilidad regional, sino también la redefinición del rol de Estados Unidos en el continente africano.
