El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, informó recientemente sobre el fallecimiento de Mohamad Kazemi, líder de inteligencia de la Guardia Revolucionaria iraní, junto con su segundo al mando, Hasán Mohaqeq, en una operación realizada en Teherán. Esta acción ha provocado una reacción significativa de Irán, que acusa a Israel de intentar desestabilizar la zona y generar un conflicto mayor en Medio Oriente.
El gobierno iraní criticó fuertemente el operativo, calificándolo como una agresión directa, y advirtió sobre posibles consecuencias para la seguridad regional. Israel, por su parte, sostiene que esta acción forma parte de sus medidas para defenderse frente a amenazas estratégicas.
Este suceso incrementa la incertidumbre en una región ya caracterizada por tensiones entre ambos países. La comunidad internacional sigue los hechos con atención para evitar una escalada que pueda comprometer la estabilidad mundial.